lunes, 7 de agosto de 2017

HISTORIA DE LA PSICOMETRIA (Parte IV)



Continuando con los tres artículos presentados previamente, sobre la Historia de la Psicometría (Parte I), (Parte II) y Parte III se continuará identificando y describiendo los personas y aportes más resaltantes de tan apasionante ciencia comenzando su desarrollo a partir de las ideas del  antropólogo estadounidense de origen judío alemán Franz Boas.
Entre otras corrientes que suponían una antítesis a la propuesta evolucionista se encuentra la de Franz Boas (Minden, Westfalia, 9 de julio de 1858-Nueva York, 21 de diciembre de 1942) quien fue un antropólogo estadounidense de origen judío alemán. Tras estudiar en varias universidades alemanas (Heidelberg, Bonn) se doctoró en la de Kiel. Rechazó el evolucionismo y el difusionismo, ya que no creía que los mismos hechos en lugares y tiempos separados entre sí puedan provenir de leyes universales que dirigirían el espíritu humano.
Fue representante de la escuela relativista y, a su vez, precursor del particularismo histórico.
Al comienzo fue estudiante de física. En 1886, durante unas investigaciones, viajó al norte de Canadá para estudiar distintos manantiales de agua. Se extravió y fue rescatado por los indios Inuit. A raíz de este hecho decidió quedarse en los Estados Unidos y se convirtió en antropólogo, pasando a impartir clases en la Universidad de Columbia, en la que creó y dirigió el departamento de Antropología.
En 1921 realizó trabajos relacionados con las consecuencias de las migraciones; éstos consistían en comparar la primera y segunda generación de inmigrantes en las poblaciones de origen, que habían permanecido sedentarias. El objetivo de estos estudios era medir el impacto del nuevo entorno sobre los emigrantes. Fue fundador de la American Anthropological Association y en 1931 fue presidente de la Asociación Angloamericana para el Desarrollo de la Ciencia.
Cuando el NSDAP alemán denunció la “Ciencia Judía” (ataque no sólo contra él, sino también contra Sigmund Freud y Albert Einstein), Boas les respondió por escrito junto a 8.000 intelectuales más que lo que importaba era el desarrollo del conocimiento científico, los caracteres étnicos y las elecciones religiosas eran completamente irrelevantes.
Por otra parte, James Mckeen Cattell (1860-1944), fue una figura clave para el desarrollo de la psicometría, formó parte de la University of Pensylvania, y más adelante en la Columbia University. Influido por Wundt, (tradición psicofísica) con quién dedicó su labor de licenciatura en Alemania, para luego, estudiar junto a Galton (diferencias individuales y herencia). Él contribuyó a la psicometría como divulgador, y sistematizador de la psicometría, en varias publicaciones norteamericanas.
En 1890, introdujo el término prueba mental, la misma que caracterizó el área durante 50 años. Más adelante trabajó con Wilhem Wundt, con quien compartió el interés por los fenómenos perceptivos y sensomotores y el rigor en el control de las condiciones en que se realizaban las observaciones, pero de quién se distanció ante el despreció del experimentalista alemán por las diferencias individuales.
Más tarde trabajo con Francis Galton e inició en Estados Unidos el estudio de las diferencias individuales. Acuñó el término “test mental” en un artículo publicado en 1890 en la revista Mind bajo el título “Mental test and measurements”. Asumió la idea de Galton sobre la posibilidad de medir las funciones intelectuales por medio de tests de discriminación sensorial y tiempo de reacción.
Sin embargo, los primeros estudios que se realizaron para evaluar este tipo de tests ofrecieron resultados desalentadores: el “rendimiento intelectual” mostraba poca correspondencia de unos tests a otros y prácticamente ninguna relación con estimaciones independientes del nivel intelectual realizadas por los profesores.
Herman Ebbinghaus, conocido por sus estudios de la memoria, se dedicó además a buscar mediciones de la inteligencia,y aunque se le considera a Binet, como aquel que inicio las primeras mediciones válidas de la inteligencia, según Spearman (1927b, pp. 2-3) “el primer gran intento por lidiar adecuadamente con el problema (de la naturaleza real de la inteligencia ) lo realizó Ebbinghaus, en un trabajo muy destacado y aún lejos de ser valorado en 1897” Este apunta un cambio de enfoque en la medición de la Inteligencia , ya que había obtenido con un test de terminación de frases una correspondencia clara con el rendimiento académico de los niños.
Por otra parte, Thorndike (1897) señala al movimiento hacia la educación obligatoria en Francia, Inglaterra y Estados Unidos a finales del siglo XIX, como uno de los desarrollos críticos que propiciaron la medida de la inteligencia.
La llegada por primera vez a las escuelas de niños cuyos padres no había recibido una educación o, como en el caso americano, cuya lengua materna no era el inglés, generó una heterogeneidad en la población de alumnos como antes no se había conocido. La exposición de estos niños a un currículo antiguo, diseñado para un grupo selecto de estudiantes, trajo como resultado niveles dramáticos de fracaso escolar próximos al 50%. Este fracaso fue visto como una pérdida de recursos en un tiempo en que eran limitados, de forma que se planteó la necesidad de destinar los recursos a quienes más se pudieran beneficiar, el medio: la evaluación de la inteligencia.
Este es el contexto en el que se debe situar la obra de Binet Los pioneros de la Psicología llevaban años intentando una formulación aceptable de la inteligencia. Según Rust y Golombok (1989) los primeros autores tenían unas definiciones de la inteligencia que no iban más allá de lo que podría ser la psicología popular del maestro común de escuela. Se reconocía la diferencia entre una persona educada y una persona inteligente, entendiendo esta última como una persona “educable”, con un origen esencialmente genético y receptora ideal de los recursos educativos, frente a los “torpes” incapaces de beneficiarse de la educación normal.
Sin duda, la consolidación social de la medición psicológica vino de la obra del francés Alfred Binet (1857-1911) cuya influencia en el desarrollo de la teoría de los tests perdura en la actualidad.
Binet ya a finales de los años noventa del siglo XIX criticó la aproximación de Galton y Cattell con el argumento de que para medir procesos mentales complejos era necesario observar la ejecución de los individuos en actos mentales complejos, rechazando la idea de que fuese necesaria una mayor precisión para la que no había instrumentos disponibles, ya que las diferencias individuales eran mayores respecto a los procesos superiores que en cuanto a la discriminación sensorial.
Binet recibió en 1904 el encargo del ministerio francés de instrucción pública de elaborar un instrumento de medida capaz de diferenciar entre los niños “educables” y los que no podrían beneficiarse de la educación normal. Junto con su colaborador Theodore Simon presentó en 1905 la primera versión del test Binet-Simon. El test estaba formado por 30 problemas o tareas dispuestos en orden de dificultad creciente, que medían la capacidad de juicio, razonamiento y comprensión. Para determinar el nivel de dificultad, los problemas habían sido administrados a 50 niños de entre 3 y 11 años más a algún niño retrasado. La segunda versión del test editada en 1908, incluía un número mayor de ítems junto con la eliminación de algunos que se habían considerado podían reflejar diferencias en función de la extracción social de los niños, además aparecían ya agrupados por niveles de edad.
Así, Binet prefirió el término “nivel mental” al de “edad mental” popularizado por las sucesivas traducciones de la escala, ya que el primer término estaba exento de las connotaciones evolutivas del segundo. Al poco tiempo de su presentación, el test de Binet y Simon fue traducido a diferentes idiomas y aplicado en diversos países, lo que prueba la favorable acogida social que recibió. El interés por la obra de Binet se ha mantenido a lo largo del tiempo.
Van der Linden (1986) ha resaltado las contribuciones estrictamente metodológicas de la aproximación de Binet a la medida de la inteligencia. Primero, frente a los experimentos antropométricos y psicofísicos que planteaban una única tarea, Binet decidió alargar la longitud del test por dos motivos:
a) El conjunto de ítems debía ser una representación adecuada de la gran variedad de tareas a las que se debe enfrentar una persona en su vida diaria; y
b) Conocedor de las teorías de Spearman entendió que cada ítem en sí mismo era una media imprecisa, por lo que era necesario combinar observaciones de un buen número de ítems para obtener una medida fiable.
Segundo, la insistencia de Binet en la estandarización de la aplicación del test, reflejada en la extrema precisión de las guías sobre el material, la administración, la puntuación y la interpretación de las mediciones.
Por último, la práctica de “normativizar” el test para iniciar una interpretación relativa de la ejecución de las personas.
Tras las aportaciones de Binet, los mayores desarrollos en la medición de las diferencias individuales hay que buscarlos en un área y lugar diferente. El test de Binet fue introducido en Estados Unidos por Henry Goddard, cuya traducción y adaptación recibieron el beneplácito de la audiencia médica, al venir a cubrir la necesidad de una medida estandarizada y objetiva para el diagnóstico de la subnormalidad. Sin embargo, fue rápidamente desplazada por la revisión y adaptación psicométricamente más sólida, realizada por Lewis Terman en 1916 en la Universidad de Stanford.
Al entrar Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, un comité encabezado por Robert Yerkes detecta la necesidad de clasificar de forma rápida al millón y medio de reclutas con respecto a su nivel intelectual. De nuevo, una demanda social provoca un avance metodológico: los primeros tests de inteligencia de administración grupal y no verbales, para evaluar a los reclutas analfabetos o que no tenían como lengua materna el inglés.
Prueba Army Alpha and Beta (1918)
Arthur Otis, estudiante de Terman, se interesó en convertir la Stanford-Binet en una prueba de aplicación grupal y calificada objetivamente, ésta finalmente se convertiría en las versiones verbal y no verbal de la prueba Army Alpha and Beta, que fue aplicada a cerca de dos millones de militares.
En este contexto hay que situar otras contribuciones de Arthur Otis, por la introducción del formato de elección múltiple y otros formatos de puntuación objetiva.
Impulsado por las necesidades militares aparece también el primer test estandarizado para la evaluación de variables de personalidad: el “Personal Data Sheet” de Robert Woodworth, un instrumento pensado para la detección de personas con inestabilidad emocional.
Pruebas de Aprovechamiento (1910) Durante este período, muchos autores se dedicaron a la creación de lo que fue conocido como “pruebas de aprovechamiento” del “nuevo tipo”, empero aún les inquietaba la falta de confiabilidad en los exámenes del tipo escrito y orales.
Durante la última parte de este período, se desarrollaron una cantidad considerable de publicaciones respecto a las pruebas de aprovechamiento, realizadas por autores como Rice, Courtis, Stone y E.L. Thorndike, entre otros; quienes coincidían en promover que la educación fuera científica, e incrementar la confiabilidad del calificador. Expansión de las pruebas generalizadas
Las primeras pruebas que en la actualidad se utilizan de forma generalizada, surgieron en esta etapa, particularmente en áreas como la capacidad mental, aprovechamiento, personalidad, intereses y otros. Un hecho que marcó la diferencia entre esta etapa y la anterior, fue la expansión de la escala de Binet desde Francia a los EUA, entre 1910 y 1916.La mayoría de versiones de este tipo fueron traducidas donde la más antigua probablemente sea la de Goddard en 1910.

Primera prueba de aprovechamiento estandarizada
La primera prueba de aprovechamiento estandarizada a nivel nacional, fue la Stanford Achievement Test en el 1923; donde uno de sus coautores fue L. Terman.
Medición de Actitudes (1930)  Se desarrollaron iniciativas para medir las actitudes, entre las que se relacionan los aportes de Thurstone (1928, 1929) y Likert (1932); contribuciones que estimularon una nueva línea de investigación y un considerable bagaje de investigaciones hacia este tipo de medición.
Aparición de nuevas pruebas (1935): Durante esta época, se desarrollaron las pruebas de personalidad entre otra variedad de campos, entre ellas se distinguen: Hoja de Datos Personales de Woodworth, el MMPI, la prueba de Rorschach, el Test de Apercepeción Temática de Murray, el Test Gestáltico Visomotor de Bender, Inventarios de Intereses Vocacionales de Strong, y de Kuder etc.
Aportes de David Wechsler (1939): David Wechsler, en 1939 desarrolló la Escala Wechsler-Bellevue de Inteligencia, con el objeto de evaluar esta área (inteligencia) pero en personas adultas
Aportes de Charles Spearman: Charles Spearman, aún cuando no creó ningún nuevo tipo de prueba, contribuyó a la psicometría a nivel teórico y en el procesamiento de datos. En 1904, publicó un trabajo que aludía a la teoría bifactorial en el “American Journal of Psychology”, dirigida desde el método de las diferencias tetrádicas, técnica estadística que más adelante se daría a conocer como “Análisis Bifactorial”. Realizó el primer intento por ofrecer una teoría con fundamentos empíricos sobre la inteligencia y nuevos métodos de medición mental. Gran parte de los trabajos de Weschler se basan en los aportes de la teoría de Spearman.

La consolidación institucional de la Psicometría
De forma paralela a los avances teóricos y las aplicaciones prácticas, se fue produciendo la consolidación institucional de la Psicología y, claro está, de la propia Psicometría. Esta consolidación se refleja en la creación de asociaciones profesionales, de publicaciones especializadas para la comunicación entre profesionales y de empresas privadas dedicadas desde el inicio al floreciente negocio de la evaluación psicológica.
Joseph Jastrow (1863-1944), psicólogo experimental y Psicofísico. Fue el primero en estudiar la evolución del lenguaje (1886, publica un artículo relacionado al tema). Allí habla sobre los tests en la primera convención de la American Psychological Association (APA) en 1892.
La APA formó en 1895 un comité especializado en la nueva tecnología de los tests.
En 1899 William Heard Kilpatrick (1871-1965), presidente de la APA, realizó un llamamiento a los psicólogos para que elaborarán tests de tal naturaleza que “… pudieran ser aplicados tanto a niños como adultos, que fueran de tal forma que todas las personas tuvieran las mismas oportunidades de mostrar las capacidades examinadas, y que en aras de la economía del tiempo fueran diseñados de forma que se pudieran administrar a una clase o escuela de una vez” (Thorndike, 1997, pág. 6).
Impulsado por la figura clave de Terman el uso de los tests de inteligencia en las escuelas creció rápidamente. El propio Terman calculó que en el periodo entre 1920 y 1921 más de dos millones de niños habían respondido a un test de inteligencia.
El uso de test también se extendió al mundo laboral como prueba su incorporación a las prácticas de selección de la administración americana.
James Cattell fundó la Psychological Corporation para la producción industrial de tests en 1922. En 1947 se funda el Educational Testing Service (ETS) institución sin ánimo de lucro que no sólo se ha encargado de la producción de tests estandarizados de rendimiento y tests de aptitud académica, sino que desde su constitución, ha contribuido a la formación y práctica profesional de influyentes psicómetras.
Desde 1975, el ETS edita en formato CD-ROM el proyecto ERIC donde con una periodicidad anual se recoge la información disponible sobre tests, escalamiento y medición psicológica y educativa.
En el año de 1941, el Dr. Edgard Doll, detalló las seis características más típicas de la deficiencia mental; estas son las siguientes: Incapacidad social, Incapacidad intelectual, Defectos o taras en el desarrollo, Lesiones orgánicas, Persistencia durante la edad adulta, Total imposibilidad de curación, aunque sus consecuencias puedan mitigarse en parte con un tratamiento correcto.
Partiendo de estos estudios desarrolla la escala Vineland, que mide la madurez social del niño. Se considera una de los instrumentos más antiguos, utilizados para la evaluación orientada al diagnostico de las habilidades de adaptación. Fue publicada por primera vez en 1935.
Doll destacó la relación entre el Retraso Mental y la competencia social prestando especial atención a la edad, afirmando, además que la conducta adaptativa del sujeto debía ser evaluada a partir de de la ejecución real de la persona más que a partir de la habilidad que se pueda inferir.
Galton, Pearson y Weldon fundaron en 1901 la revista Biometrika que desde entonces publica trabajos matemáticos relacionados con la Biología y la Psicología.
Thorndike funda en Estados Unidos en 1936 la publicación Psychometrika, revista de referencia para la Psicometría desde sus inicios. Desde entonces, la aparición de revistas relacionadas con la medición psicológica ha sido continua.
Como muestra se pueden citar el Educational and Psychological Measurement (1941), el British Journal of Statistical Psychology (ahora con el nombre de British Jorunal of Statistical and Mathematical Psychology) (1947), el Journal of Mathematical Psychology y el Journal of Educational Measurement (1964), el Multivariate Behavioral Research y el Aplied Psychological Measurement (1977), el Applied Measurement in Education (1988), etc.
Un acontecimiento que se ha convertido en referente obligado para todos los profesionales es la publicación por las asociaciones profesionales más relevantes de las guías técnicas y éticas de la medición psicológica y educativa. Las recomendaciones elaboradas por la APA son, sin duda, las que han tenido y tienen una mayor influencia.
Nuevos modelos en Psicometria En la década de los 60, surge la Teoría de la Respuesta al Ítem, o Teoría del Rasgo Latente, marcado por las Statistical Theories of Mental Test Scores de Lord y Novick (1968). En 1958, Joy Paul Guilford(1897-1987) Psicólogo estadounidense, conocido por sus estudios sobre la inteligencia con su Modelo de Estructura de la Inteligencia, pública un modelo morfológico que intenta superar la visión restringida de las aptitudes que mostraban los modelos factoriales, hasta ese momento, lo que implica una contribución importante al estudio de los rasgos, ya que con este sistema taxonómico Guilford encontró 150 aptitudes diferentes en 1977, que se ampliaron a 180 en 1988.
En esta clasificación no aparecen relaciones jerárquicas entre los elementos lo cual no quiere decir que no existan. En 1962,
Samuel Kirk acuña el término “dificultades de aprendizaje” en la primera edición de su popular libro «Educating Exceptional Children», introduciéndolo de manera oficial un año después en la Conferencia sobre los problemas del niño con hándicaps perceptivos. Partiendo de esta publicación desarrolla posterior mente en conjunto con otros colaboradores la Prueba Illinios de Habilidades Psicolinguistica.
En 1969, Nancy Bayley (1899-1994) diseña y válida la escala de Desarrollo Infantil de Bayley, la cual fue publicada por parte de la Universidad de Berckeley, para evaluar niños con edades comprendidas entre el nacimiento y los 30 meses. Posteriormente se revisa en el año 1984 y por último en 1993 donde se extendió su rango de aplicación hasta los 42 meses.
Bayley, es considerada una Eminente psicóloga del Desarrollo que realizó contribuciones significativas a la medición de la Inteligencia Infantil y el desarrollo Humano.
Es más conocida por su trabajo conducente a la publicación de las Escalas Bayley de Desarrollo Infantil en el año de 1968 y la edición revisada en 1993. Su carrera abarca seis décadas, puede haber sido influenciada por su trabajo en la mundialmente famosa Berkeley Grow study, un estudio longitudinal que se inició en 1928 que siguió a los sujetos desde la infancia hasta la edad adulta. Su carrera ha producido más de 200 publicaciones sobre el desarrollo infantil y recibió numerosos premios, siendo la primera mujer en recibir el distinguido premio de las American Psychological Association en 1966, así como el Premio Medalla de Oro de la Asociación Psicológica americana en 1982 y el premio Stanley G. Hall por contribuciones distinguidas a la Psicología del desarrollo en 1971.
La escala que diseña contiene reactivos que están agrupados en dos escalas (Mental y Motora) y un Registro de la Conducta Infantil. Es importante en el área motora compensar esta evaluación con otras que sean más exactas en la descripción del desarrollo motor grueso del niño porque la escala de Bayley sólo en esta área es muy benévola con las calificaciones que ofrece y los ítems que evalúa combina la motora gruesa, con ítems de la motora fina.
Uno de los aportes de esta escala es que nos proporciona un Índice de Desarrollo Mental (MDI). Los reactivos que incluye miden:
1. Agudeza sensoperceptual
2. Constancia de objetos
3. Memoria.
4. Aprendizaje
5. Capacidad para resolver problemas
6. Generalización y clasificación
7. Lenguaje También nos proporciona un Índice de Desarrollo Psicomotor (PDI).
Los reactivos que incluye miden:
1. Control del cuerpo
2. Coordinación de los músculos grandes
3. Habilidades manipulativas de manos y dedos
4. Destreza y coordinación psicomotora

Consolidación de la Psicometría
Durante este período se fortalecen los avances desarrollados anteriormente, a la vez que la psicometría se amplía en diversos planos profesionales tales como la práctica clínica, las escuelas, las empresas, el ejército, etc.; contexto que le permitió ser reconocida y aceptada como una práctica profesional. Se sistematizó el conocimiento en psicometría a través de diversos textos, que además se convertirían en algunos de los clásicos en la materia, entre ellos: Las Technical Recommendations for Psychological Tests and Diagnostic Techniques, publicadas por la American Psychological Association (APA, 1954). Las Technical Recommendations for Achievement Tests, publicadas por la American Educational Reaserch Association (AERA) y el National Council on Measurement Used in Education (NCMUE, luego NCME;1955).
En 1966, la APA,AERA y NCME unieron ambas publicaciones en un solo documento que constituye un documento de referencia titulado: “Standards for Educational and Psychological Testing”, cuya versión actual es la de 1999.
Aparecieron textos de gran importancia en el campo, tales como la Theory of Mental Tests de Gulliksen, en 1950; Essentials of Psychological Testing de Lee Cronbach, en 1949; y Psychological Testing de Anne Anastasi, en 1954 Implicaciones sociales de la Psicometría
A mediados de los 60, existe un activismo, a nivel legislativo y judicial en relación a las pruebas, al respecto de su uso desde diversos frentes en los ámbitos sociales, señala Hogan (2004), quién además distingue algunas fuentes: Aparecimiento del movimiento a favor de la responsabilidad social en la educación. Movimiento a favor de los derechos civiles, cuestionando el uso de ciertas pruebas a grupos minoritarios. Preocupación del uso apropiado de las pruebas con las personas discapacitadas

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Fuente original: El Mundo de la Psicometría (2009) Historia de la Psicometría [Artículo en línea] disponible en: https://wppsiunah.wordpress.com/2009/10/08/historia-de-la-psicometria-2/ [Consulta: 2017, julio 26]

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