viernes, 6 de octubre de 2017

¿DE QUÉ SE TRATÓ EL EXPERIMENTO DE MILGRAM?



Así, la autoridad venida de la alta jerarquía es obedecida por la mayoría, que de acuerdo a su ubicación en la jerarquía social, la direccionalidad de autoridad-obediencia irá permeando a toda la pirámide social. “Si no se respetase este  principio  sería  difícil  que  funcionase  una  sociedad  entendida  como  eficiente  según  los  parámetros  actuales  del  sistema”(Santos, M. 2003) 
Para la cultura occidental la jerarquía y división de la sociedad se encuentra tan arraigado en la sociedad que esta misma jerarquización ha implicado el principio de autoridad y obediencia. Así, la autoridad venida de la alta jerarquía es obedecida por la mayoría, que de acuerdo a su ubicación en la jerarquía social, la direccionalidad de autoridad-obediencia irá permeando a toda la pirámide social. De acuerdo con Santos (2003) “Si no se respetase este  principio  sería  difícil  que  funcionase  una  sociedad  entendida  como  eficiente  según  los  parámetros  actuales  del  sistema” 
Esto  en  un  plano  general,  pero  también  a  un  nivel  más  concreto,  el  de  los individuos, es la obediencia a la autoridad la que permite una buena protección al sujeto.
Con base en estos preceptos y sabiendo de la infinidad de atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, principalmente las del ejército nazi como las más difundidas masivamente. Es sabido que dichas barbaridades pudieron ser ordenadas por una autoridad superior, pero el brazo ejecutor fue mayoritariamente personal subalterno. Entonces la pregunta ¿Qué fuerza superior pudo mover a seres humanos a realizar semejantes actos de brutalidad?
En este mismo orden de ideas y con similar interrogante se tiene a Stanley Milgram, una de las personas que se hacía dichas preguntas y, por ello, diseñó un experimento, cuyo objetivo fue el de conocer cuán lejos podía llegar una persona, común y corriente, cuando una figura de autoridad le ordenaba dañar a otro ser humano. Dicho experimento es conocido como El Experimento Milgram

¿Pero quién fue Stanley Milgram?
Stanley Milgram fue un Psicólogo Social estadounidense, nacido en Nueva York, el 15 de agosto de 1933, procreado por la pareja hebrea, compuesta  Samuel Milgram, panadero de origen húngaro y su madre Adele de ascendencia rumana.
Stanley estudió ciencias políticas en el Queens College, de Nueva York, donde se graduó en 1954.
Posteriormente se presentó a un postgrado en Psicología Social en la Universidad de Harvard donde rechazado inicialmente por no contar con la preparación necesaria ese nivel, siendo aceptado finalmente en 1954 después de realizar seis cursos externos de psicología, por lo cual pudo graduarse en 1960.
Fue Stanley Milgram quien realizaría el reconocido "Experimento sobre la obediencia a la autoridad", el cual fue en realidad una serie de Experimentos de Psicología Social llevados a cabo en la Universidad de Yale, y que fue descrito en un artículo publicado en 1963 en la revista Journal of Abnormal and Social Psychology bajo el título Behavioral Study of Obedience (Estudio del comportamiento de la obediencia) y resumida en 1974 en su libro "Obedience to authority. An experimental view" (Obediencia a la autoridad. Un punto de vista experimental).
Stanley Milgram también fue reconocido por su "Experimento del mundo pequeño" donde intentó probar la famosa teoría de "los seis grados de separación". Fue el quién acuñó el término “Estado Agentico”, referido al estado en que una persona soporta lo que hace en contra de los valores propios. Está considerado como uno de los más importantes psicólogos del siglo XX. Falleció en Nueva York el 20 de diciembre de 1984, de un ataque al corazón.

La Preparación del Experimento de Stanley Milgram
El psicólogo Stanley Milgram creó un "generador de descarga" eléctrica con 30 interruptores. El interruptor estaba claramente marcado en incrementos de 15 voltios, oscilando entre los 15 y 450 voltios.
También puso etiquetas que indicaban el nivel de descarga, tales como "Moderado" (de 75 a 120 voltios) y "Fuerte" (de 135 a 180 voltios). Los interruptores de 375 a 420 voltios fueron marcados "Peligro: Descarga Grave" y los dos niveles más altos de 435 a 450 fueron marcados "XXX".
El "generador de descarga" era en realidad de mentira y sólo producía sonido cuando se pulsaban los interruptores.
Se reclutaron 40 sujetos (hombres) por correo y por un anuncio en el periódico. Creían que iban a participar de un experimento sobre la "memoria y el aprendizaje".
En la prueba, a cada sujeto se le informó claramente que se le iba a pagar por ir y que conservaría el pago "independientemente de lo que pasara después de su llegada".
Luego, el sujeto conoció a un "experimentador", la persona que dirigía el experimento, y a otra persona que se la indicó como otro sujeto. El otro sujeto era en realidad un cómplice que actuó como sujeto. Se trataba de un contador de 47 años.
Los dos sujetos (el sujeto verdadero y el cómplice) sacaron un papel para saber quién iba a ser un "maestro" y quién un "aprendiz". El sorteo fue falso, ya que el sujeto verdadero siempre obtendría el papel de "maestro".
El maestro vio que el aprendiz estaba atado a una silla y tenía electrodos. Luego, el sujeto fue ubicado en otra habitación delante del generador de descarga, sin poder ver al aprendiz.

En qué consistió el Experimento de Milgram
La situación experimental propuesta por el Experimento Milgram en el laboratorio era muy clara: en un supuesto estudio sobre la memoria al voluntario se le daba el rol de “profesor” y un cómplice del experimento tenía el rol de “alumno”. Ambos, profesor y alumno” eran dirigidos a habitaciones separadas desde donde podían comunicarse pero no verse el uno al otro. El “profesor” se sentaba delante de una maquina que emitía descargas eléctricas. En el transcurso del experimento, cada vez que el “alumno” cometiese un error, se le ordenaba al “profesor” que administrase descargas eléctricas cada vez mayores.
Al profesor se le administraba una descarga eléctrica como ejemplo de las que supuestamente recibiría el “alumno”. Así mismo, el “alumno” se aseguraba de haber dicho en algún momento que tenía problemas del corazón.
El “profesor” recibía un listado con parejas de palabras que tenía que enseñar al “alumno”. Tras una primera lectura completa de la lista, el “profesor” decía la primera palabra de una pareja y cuatro posibles respuestas. Si el “alumno” erraba en la respuesta, el “profesor” debía administrar una descarga con incrementos progresivos de 15 voltios por cada error. Si respondía correctamente, seguían con la lista.
En realidad, pese a que el “profesor” así lo creía, el “alumno” no recibía ninguna descarga. La máquina de descargas activaba una cinta pregrabada con los sonidos para cada nivel de descarga. Con los aumentos de voltaje el “alumno” empezaba a dar golpes a la pared que unía ambas habitaciones y a gritar sobre sus problemas de corazón. Llegados a cierto punto, cualquier señal del “alumno” desaparecía.
Si el “profesor” quería detener el experimento antes de que el “alumno” perdiese el conocimiento, recibía unas consignas determinadas para continuar. Si el sujeto aun quería detener el experimento tras las consignas, se detenía. Si decidía continuar, el experimento llegaba hasta que se daban tres descargas de 450 voltios (el máximo).

Resultados del Experimento Milgram
Antes de llevar a término el experimento, Milgram predijo mediante encuestas a psicólogos y psiquiatras que tan solo del orden del 3% de los participantes superarían los 300 voltios. Sin embargo, la realidad es mucho más cruda ya que, en el primer experimento de Milgram, el 65% de los participantes administraron la descarga máxima de 450 voltios. Todos los participantes cuestionaron en algún momento el experimento y mostraron diferentes grados de tensión y estrés (sudores, temblores, tartamudeo, etc.).
Los resultados fueron tan sorprendentes como desalentadores. Solamente 35% de los sujetos críticos desobedeció al investigador y se negó a continuar con el experimento hasta el final, incluso cuando ya no oían los gritos de dolor del alumno, pudiendo entender que éste había perdido el conocimiento.
Se debe señalar que en la gran mayoría de los participantes se podía observar un gran estrés o incomodidad, sobre todo, llegados a los puntos finales.
En posteriores variaciones del experimento se pudo ver cómo, cuando la cercanía física del maestro y el alumno aumentaban (le podía ver o incluso sostener su mano), los porcentajes de desobediencia aumentaban hasta un 60 y un 70% respectivamente.
Ninguno de los sujetos críticos que optaron por desobedecer al investigador y parar el experimento pidieron que esas sesiones dejaran de realizarse en un futuro y ninguno, tampoco, acudió al otro cuarto donde se suponía que estaba la “victima” a comprobar su estado sin antes pedir permiso al investigador.

Posibles explicaciones
Según Milgram, estas conductas se pueden explicar a través de:
-       La “deshumanización” del otro, es decir, dejar de considerar al otro como un ente humano, para así poder obviar sus propias normas éticas o la moral societaria.
-       La sumisión ante la autoridad puede explicar estas conductas a través de la derivación de nuestra responsabilidad moral o ética hacia la autoridad (en este caso el investigador).
-       La pérdida de referencia ante la absorción en los aspectos técnicos del experimento.
-       La teoría del conformismo donde cuando el individuo no tiene la habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones, sobre todo en situaciones críticas, deriva éstas hacia el grupo o la jerarquía.
-       La teoría de la cosificación. Es la esencia de la obediencia. El individuo se mira  a sí mismo como un instrumento que realiza los deseos de otra persona y por lo tanto no se considera responsable de sus actos.

A modo de concusión
En conclusión, podemos decir que el ser humano es influenciable bajo cierta presión autoritaria; además, a esto debe sumarle el carisma propio de el "ser autoritario" y el "miedo" que este pueda infligir sobre aquellos que le siguen las ordenes. Ejemplo: "no es la misma autoridad que ejerce un líder como Iosef Stalin o Adolf Hitler que mediante su 'carisma' imponen obediencia, que lideres mas actuales pero menos duros que no imponen tanta obediencia dado que su método carismático es menor"

               

Repercusiones Éticas del Experimento de Milgram
En los años posteriores a la realización del experimento, los psicólogos y sociólogos han comenzado a cuestionar la ética detrás del mismo, y si el experimento debería haber sido permitido o no. Milgram quería establecer si las personas realmente obedecerían a las figuras de autoridad aunque las instrucciones fueran moralmente incorrectas.
En ese momento, la ética del experimento de Milgram parecía razonable, pero con los controles más estrictos que existen en la psicología actual, este experimento no hubiera sido permitido. La generación de Milgram necesitaba respuestas concluyentes sobre si, ¿La naturaleza humana es intrínsecamente mala o una persona sensata podría ser obligada por la autoridad a realizar acciones antinaturales?
Una vez más, el experimento de Milgram adquirió relevancia en la década del ´70 con la Masacre de Mÿ Lai, en donde la sociedad cuestionó los motivos detrás esta masacre así como también de otras atrocidades cometidas por los estadounidenses en Vietnam. Si bien las acciones de los soldados no pueden ser justificadas, se mostraron los efectos horribles sobre la psique y la moral de los jóvenes que produjo la exposición diaria a la muerte y al sufrimiento.

Masacre de Mÿ Lai
Los estándares éticos modernos afirman que los participantes de cualquier experimento no pueden ser engañados y que deben ser conscientes de las consecuencias. Para ser justos, la investigación llevada a cabo después del experimento indicó que no hubo efectos psicológicos a largo plazo entre los participantes.
Sin embargo, el hecho de que estas personas pensaran que habían causado sufrimiento a otro ser humano, podría haber causado una angustia emocional severa.
Si bien el experimento de Milgram aparentemente no tuvo efectos a largo plazo sobre los participantes, es esencial que los estudios psicológicos tengan pautas estrictas.
El efecto a largo plazo de seguir llevando a cabo estudios similares sería destructivo para la investigación sin engaño. Gran parte de las investigaciones de psicología exploran áreas donde los sujetos implicados son más escépticos que la media de la población.
Tal vez nunca estarían de acuerdo en participar en una investigación que fuera inofensiva o destinada a ayudar a los sujetos si se sabe que los investigadores suelen utilizar el engaño.
En conclusión, si bien no hay duda de que el experimento en su formato original no sería permitido, es importante recordar que Stanley Milgram no era una mala persona. Él estaba realmente tratando de descubrir las razones por las que los seres humanos podrían verse envueltos en un gran mal.
Este tema se seguirá desarrollando y explicando en próximas entregas, por favor haga sus comentarios, críticas constructivas para mejorar este sitio de discusión y aprendizaje. Suscríbase al blog y comparta este contenido.
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Hasta una próxima entrega.






REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES
Farías, Esteban (2014) Experimento de Stanley Milgram: "Obediencia a la Autoridad" [Artículo en línea] disponible en: http://obeyauthority.blogspot.com/ [Consulta: 2017, octubre 01]
Santos, Mercedes (2003) Obediencia  a  la  Autoridad. Algunas  Aportaciones  desde  la Psicología [Documento en línea] disponible: http://www.antimilitaristas.org/IMG/pdf/milgram.pdf en [Consulta: 2017, octubre 02]
IdouPsicologia (2012) El Experimento Milgram [Artículo en línea] disponible en: http://idoupsicologia.com/psicologia/el-experimento-milgram/ [Consulta: 2017, octubre 02]



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