PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE UN TEST PSICOMÉTRICO (I)
Redacción y Análisis de Ítems
En el artículo que se desarrolla a continuación se va a realizar en 5 entregas,
donde se tratará de describir el proceso
natural que se sigue en la construcción de un test, y que básicamente se resume
en las siguientes fases:
1. Definición del constructo.
2. Construcción del test provisional.
3. Aplicación a una muestra.
4. Análisis de ítems.
5. Estudio de la fiabilidad del test.
6. Estudio de la validez del test.
7. Baremación.
Las cuatro primeras fases se refieren a ciertas estrategias lógicas
(algunas con cierto fundamento estadístico) que conducen a seleccionar la forma
y contenidos más apropiados del test. Las fases 5 y 6 resultan fundamentales,
dado que se refieren a la comprobación empírica de las garantías psicométricas
que la prueba manifiesta como instrumento de medición. Básicamente, estas
garantías se refieren a su precisión (fiabilidad) y a la comprobación práctica
del contenido auténtico que se está evaluando (validez).
Por lo tanto la denominada Teoría
Clásica de los Tests, cuya descripción es parte fundamental de estos
procesos, permite abordar estos problemas con cierto rigor. Una vez que se
disponga de la versión definitiva del test, aplicada a una muestra representativa
de la población de personas a la que va dirigido, se procede a la fase de
baremación, que sirve para interpretar una puntuación concreta en relación con
las que obtiene la muestra seleccionada.
El posteriormente se intentará introducir al lector en los fundamentos
de la Teoría de la Respuesta al Ítem,
y será entonces cuando se comentarán las diferencias principales entre ambas
aproximaciones.
Esta secuencia de artículos contiene una breve descripción de los
principales contenidos teóricos, muy básicos, de Psicometría. Además se ilustran
con actividades prácticas donde se debe analizar un test de rendimiento óptimo
y elaborar un test de rendimiento típico, para lo cual el lector debe seguir
los pasos indicados previamente.
Definición del constructo
Mientras que la mayoría de los atributos físicos (altura, peso, etc.
...) resultan directamente medibles, los atributos (constructos o rasgos)
psicosociales resultan ser conceptualizaciones teóricas que no son accesibles a
la medición directa y para los que no existen "metros" o "balanzas"
diseñados para medirlos de manera precisa.
Así; la actitud hacia el aborto, el nivel de cohesión grupal, el grado
de extroversión, el cociente intelectual, la postura hacia el consumo de
drogas, el grado de liderazgo, la inseguridad, la satisfacción, el nivel de
acuerdo con ciertas opiniones, etc., todos ellos son constructos que deben
medirse mediante instrumentos específicamente diseñados: los tests,
cuestionarios o inventarios.
Nadie dudaría de que una cinta métrica bien diseñada mide longitud y que
lo hace de manera precisa, pero la bondad y la precisión de un cuestionario no
se puede presuponer; más bien son una cuestión de grado y siempre susceptibles
de mejora.
En definitiva, un cuestionario está formado por una serie de elementos o
ítems (elementos, reactivos, preguntas, cuestiones, situaciones análogas, etc)
a los que cada individuo debe responder. Después de cuantificar las respuestas
de una persona a los elementos del cuestionario, se pretende asignar una
puntuación (a veces varias) a esa persona
respecto al constructo o atributo que se pretende medir con el cuestionario,
una puntuación que debería indicar el grado en que la persona participa del
atributo, constructo o rasgo a evaluar.
Entonces lo que se enfrenta es un proceso de medición indirecta que
incluye la misma construcción del instrumento de medida, proceso que se inicia
con la definición clara del constructo a evaluar.
En consecuencia el primer paso consiste en proporcionar una definición
operacional del constructo o rasgo que se pretende medir. Por ejemplo, si se
habla de dogmatismo, deben establecerse los diversos componentes o
manifestaciones del mismo: dogmatismo ante la política, ante la educación de
los hijos, ante la religión, en las relaciones familiares,... Muy relacionada
con esta definición operativa es la cuestión del establecimiento de los
objetivos que se pretenden conseguir con el cuestionario.
También es necesario especificar el tipo de población al que va a
aplicarse la prueba y las decisiones que se pretenden tomar a partir de las
puntuaciones que ofrezca. Resulta muy diferente, y determinará su contenido,
que un test de inteligencia se vaya a aplicar a personas de la población
general o a personas con problemas intelectuales. Un cuestionario de depresión
puede utilizarse con fines científicos en una investigación o para decidir el
ingreso en un centro psiquiátrico de personas con problemas depresivos.
Un constructo es un concepto. Sin embargo, tienen un sentido adicional, el de
haber sido inventado o adoptado de manera deliberada y consciente
para un propósito científico especial. “Inteligencia”, es un concepto, una abstracción
de la observación de conductas
consideradas como supuestamente inteligentes o no inteligentes. Pero, como
constructo científico, “inteligencia” puede
significar más y
menos de lo
que puede significar como
concepto. Esto quiere decir que los científicos lo usan de manera
consciente y sistemática en dos sentidos. Por un lado el constructo forma parte
de los esquemas teóricos y está relacionado de varias maneras con otros constructos.
Por ejemplo, puede decirse que el aprovechamiento escolar es en parte
una función de la inteligencia y la motivación.
Por otro lado, la “inteligencia”, es tan definida y específica que puede
ser observada y medida. Se pueden hacer observaciones de la inteligencia de los niños, administrándoles una prueba de inteligencia X o preguntar a las maestras acerca del grado de inteligencia relativo de sus
alumnos.
Un constructo es una construcción teórica que se desarrolla para
resolver un cierto problema científico. Para la epistemología, se trata de un
objeto conceptual o ideal que implica una clase de equivalencia con procesos
cerebrales. El constructo está más allá del proceso mental concreto que se
conoce como ideación y del proceso físico y social que implica la comunicación.
Por eso algunas ciencias, como la matemática, consideran a los constructos como
objetos autónomos, aún cuando no tengan existencia real.
Para la psicología, un constructo es una categoría descriptiva bipolar
que permite a cada individuo organizar las experiencias y los datos de la
realidad. El constructo puede entenderse como una entidad hipotética que
resulta difícil de definir en el marco de una teoría científica.
El constructo psicológico, por lo tanto, es una etiqueta verbal que
discrimina entre elementos de acuerdo a la característica que abstrae
(frío/caliente, bueno/malo, nuevo/viejo, etc.).
Construcción Provisional del Cuestionario(test)
De la definición operacional del constructo y de la delimitación de sus
componentes se debe llegar a establecer un conjunto de elementos o ítems
(frases, preguntas, situaciones análogas, tareas, etc.) que representen estos
componentes, o mejor, las conductas mediante las que se manifiestan los
diversos componentes del constructo.
Si, por ejemplo, pretendemos evaluar la tolerancia hacia los grupos
marginales, un ítem podría ser el siguiente:
“Deberíamos facilitar la integración de los extranjeros en nuestro país”
Parece razonable suponer que una persona tolerable estaría de acuerdo
con esta afirmación, mientras que otra intolerable estaría en desacuerdo.
En relación con la construcción de los ítems existen dos temas
importantes a tener en cuenta: el formato de respuesta y las normas de
redacción de los ítems que serán abordados en una próxima entrega.
Si requiere del procesamiento, análisis e interpretación estadística de
test psicométrico o cualquier otro tipo de cuestionarios de investigación
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TAMBIÉN
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HISTORIA DE LA PSICOMETRIA (Parte I) |
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Y DOCUMENTALES
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